Algunos resabios populares son malísimas costumbres que no solo repetimos, sino que divulgamos, haciendo que muchos incurran en error.
Cuando se trata de los huracanes, estar mal informado, aun con buenas intenciones, puede causar daño. El problema de creer en recomendaciones infundadas, muy populares o no, es que ponemos en peligro nuestra vida, la vida de los nuestros e, inclusive, la de otros en la comunidad.
Por eso, quiero destacar esta lista de prácticas inadecuadas que reiteradamente son recomendadas, hasta en los medios de comunicación. Si se ha documentado que una acción es inadecuada, tenemos que actualizar el discurso inmediatamente, ser proactivos.
Es obvio que la lista no va a ser exhaustiva porque no tengo todas las respuestas y, de hecho, no pretendo que lo sea. También puede crear confusión el solo hecho de incluirlas en una lista para dirigir la atención al tema de que no todo lo que hoy conocemos como cierto puede serlo.
Tu puedes contribuir a esta lista sobre las creencias peligrosas que aumentan el riesgo y la vulnerabilidad frente a los desastres climáticos dejando en los comentarios alguna experiencia en la que hayas descubierto que no es correcta y debemos dejar de practicar.
Cuando se trata de desastres naturales como los huracanes, un descuido puede causar muertes. Te comparto algunos mitos comunes relacionados con la preparación para huracanes y el por qué pueden ser perjudiciales para que internalices el valor de cuestionar tus creencias y descartes prácticas que son probadamente incorrectas:
1. Cruzar las ventanas con cinta adhesiva: Contrario a la creencia popular, poner cinta en las ventanas no ayuda y al contrario, puede ser muy peligroso frente a la fuerza del viento o los escombros que pueden impactarla como proyectiles.
Si una ventana se rompe, la cinta puede crear fragmentos de vidrio más grandes y potencialmente más peligrosos al estar unidos por la cinta adhesiva. Instala contraventanas o protege las ventanas y estructuras de vidrio que puedan romperse con materiales que resistan los impactos o busca un refugio. La cinta adhesiva nunca es una opción.
2. Los huracanes solo afectan la costa: Aunque las áreas costeras suelen recibir el mayor impacto directo, los efectos de un huracán (como inundaciones, tornados y vientos fuertes) pueden extenderse cientos de kilómetros tierra adentro.
3. Si el cielo está despejado, ya ha pasado el peligro: Los huracanes son sistemas grandes y complejos. A menudo, hay una calma en el centro del huracán llamada "ojo". Si estás en el ojo, el clima puede ser tranquilo y despejado, pero una vez que pase, los vientos violentos regresarán desde la dirección opuesta.
4. La categoría del huracán determina toda su peligrosidad: Si bien la escala Saffir-Simpson mide la intensidad de los vientos de un huracán, no considera otros peligros como inundaciones, marejadas ciclónicas o tornados secundarios. Un huracán de categoría menor puede causar daños devastadores debido a la inundación.
5. Cerrar todas las puertas y ventanas herméticamente evita daños en la casa: Si el viento fuerte entra a tu hogar, cerrar todas las puertas y ventanas puede causar una diferencia de presión que podría dañar el techo o las paredes. Es importante tener una forma de ventilar para equilibrar la presión si se rompe una ventana o puerta.
6. El principal peligro de un huracán son sus vientos: Aunque los vientos pueden ser extremadamente destructivos, las marejadas ciclónicas y las inundaciones resultantes son a menudo las causas más mortales asociadas con los huracanes.
7. Ya he experimentado huracanes antes, sé lo que esperar: Cada huracán es único en términos de tamaño, intensidad, trayectoria y peligros asociados. Solo porque hayas experimentado uno, no significa que estés preparado para el próximo.
Es esencial basar las decisiones de preparación y respuesta en información precisa y actualizada de fuentes confiables, como los servicios meteorológicos nacionales y las agencias de gestión de emergencias.