Quiero compartir contigo mis ideas sobre la importancia de estar preparados para enfrentar cualquier huracán, no solo en términos físicos, sino emocionales. Porque quieres mantener una actitud positiva y evitar que un huracán se instale en tu paz. Entonces, será vital que reconozcas tus emociones, te prepares físicamente, y tu red de apoyo esté lista y reconocida.
Ya sea que vivas o no en una zona propensa a estos fenómenos naturales quieres prepararte bien para enfrentar cualquier desafío. Por eso, te comparto éstas tres acciones que te guiarán en ese proceso de estar listos en mente, cuerpo y espíritu para superar cualquier huracán.
En primer lugar, es importante hablar sobre las emociones que pueden surgir antes, durante y después de un huracán para aceptarlas y recibirlas con la mayor entereza posible. Es normal sentir miedo, ansiedad o estrés ante un evento climático intenso, pero es importante reconocer estas emociones para gestionarlas. Te ayudo a hacerlo desde la amabilidad y la confianza, enfocando tu atención en lo que puedes hacer por estar listo, protegerte y proteger a los tuyos.
En segundo lugar, quieres estar preparado físicamente y listo para el evento. Esto incluye tener suministros básicos como agua, medicamentos y alimentos. También es primordial tener un plan de evacuación para sobrevivir que incluya la gestión de tus pertenencias de valor sentimental y monetario y los documentos legales.
Tercero, formar tu red de apoyo para la emergencia y la post emergencia. Porque la solastalgia, esa nostalgia que surge cuando tu entorno luce desolado o devastado después de un huracán, puede ser un detonador emocional. Además, las tragedias en tu comunidad no te serán ajenas. Así que te conviene prepararte para enfrentar el desafío emocional. Si te haces consciente de lo que puede suceder y eliges de antemano como vas a responder, podrás transformar el sufrimiento en detonador para continuar. Una actitud positiva y una red de apoyo lista para ayudarte a superar el momento te harán más fuerte.
Cuando llegué hace 20 años a la Florida no tenía ninguna referencia sobre las consecuencias de experimentar en persona un evento climático extremo como un huracán. Esa falta de experiencia jugó en mi contra al momento de prepararme, aunque para aquel tiempo no eran ni tan frecuentes ni tan intensos. Ahora, la frecuencia e intensidad de los huracanes nos obliga a estar preparados en mente, cuerpo y espíritu para la temporada de huracanes.
En la última década me ha tocado vivir los huracanes categoría 4 y 5 en Florida y Puerto Rico. Los viví como pude y las consecuencias se salieron de control. Como conductora de radio he sentido la desesperación de la ciudadanía y he sido muy acuciosa en comprender las causas, sobretodo las necesidades que surgen de la inexperiencia. Como madre, esposa e hija, he experimentado la desesperación de quienes no están preparados para estar o no estar contigo. Y como persona, he sido victima de mis propios miedos y de la falta de preparación para afrontar la crisis de lo que siendo un momento consideré una eternidad.
Me tocó trabajar profundamente para sanar las heridas que deja la angustia, la preocupación y la desesperanza. Por eso, quiero ayudarte a ser resiliente al ocupar tu espacio con la paz y calma que hacen falta ante estos desafíos. Aunque los huracanes pueden ser aterradores, si nos preparamos podemos superar sanamente su intensidad manteniendo una actitud positiva y contando con los vecinos, familiares y amigos. En ésta sección de la app, te guío para que te prepares y te asegures de hacerte presente en tu vida y en la vida de quienes te necesiten.
¡Ánimo y adelante, prepárate!