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Día Internacional de la Felicidad

​​Para alcanzar la felicidad, es esencial practicar la compasión, tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos. ​
EcoCoaching℠ by Mildred Real


¡Feliz Día Internacional de la Felicidad!

Este día se celebra cada 20 de marzo para recordarnos que tenemos derecho a la felicidad. Todos merecemos ser felices. Pero, ¿cómo podemos cultivar la felicidad en nuestras vidas?

Hoy te quiero hablar sobre la practica de la compasión, una vía poderosa hacia la felicidad porque actúa en múltiples dimensiones de nuestra existencia.

La compasión es la capacidad de reconocer el sufrimiento en los demás y responder con empatía y deseo de aliviar su dolor. ​Como puedes ver, la simple capacidad de sentir compasión no te hace compasivo. Para ser compasivo, además de sentirla, es necesario responder desde la comprensión relacional de los sentimientos de otra persona y desear provocar en ella una sensación de alivio a su sufrimiento.

Para ser compasivo, es necesario desear serlo, por supuesto, pero también, y quizás más importante, es fundamental establecer una conexión sensible con la experiencia humana compartida y mantener una firme disposición a ayudar sin emitir juicios. Al practicar la compasión, eliminamos los juicios que causan sufrimiento, el cual es diametralmente opuesto a la felicidad.​

Ahora, además de mostrar compasión hacia los demás, es crucial practicar la autocompasión. Al tratarnos con amabilidad y comprensión, reconocemos que el sufrimiento y la imperfección son aspectos comunes de la vida humana. Esta práctica nos ayuda a evitar la autocrítica excesiva y promueve una actitud más saludable hacia nuestras propias experiencias, lo que contribuye a nuestro bienestar y felicidad.​

Al practicar la autocompasión, reconocemos nuestro derecho a equivocarnos y a ser felices a pesar de nuestros errores, lo que fortalece nuestra capacidad para inspirar y liderar a otros. La compasión influye en múltiples aspectos de nuestra vida:​

  • Emocional: Nos ayuda a gestionar nuestras emociones de manera saludable, promoviendo el bienestar personal.​
  • Social: Fomenta relaciones más profundas y significativas, basadas en la empatía y el entendimiento mutuo.​
  • Neurológica: La práctica de la compasión activa áreas cerebrales relacionadas con la empatía y la conexión social.​
  • Existencial: Nos brinda un sentido de propósito y conexión con los demás, enriqueciendo nuestra experiencia de vida.​

Para cultivar la compasión en nuestras vidas, podemos:

  • Desarrollar la empatía: Esforzándonos por comprender y compartir las emociones de los demás.​
  • Practicar la atención plena o mindfulness: Siendo conscientes del momento presente y aceptando nuestras emociones sin juzgarlas.​
  • Realizar actos de bondad: Ayudando a otros de manera desinteresada y mostrando solidaridad.​
  • Fomentar la conexión social: Estableciendo relaciones significativas y apoyándonos mutuamente en comunidad.​