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Sanar el planeta eligiendo el camino seguro, evitar lo temerario y actuar con conciencia

Una invitación a reconectar con la Tierra desde la humildad, tomando decisiones que protegen la vida y fortalecen nuestro entorno común.
Mildred Real
miércoles, 09 de abril 2025


¿Se puede reparar el daño ecológico? —Sí. Y todo comienza con una intención: sanar, en lugar de rendirse.

Tal vez ya has sentido esa mezcla de tristeza y esperanza cuando ves un paisaje devastado y al mismo tiempo brotes verdes que insisten en crecer.

Es probable que te hayas espantado más de una vez con noticias como la de "revivir especies" o experimentos temerarios que en más de una ocasión han resultado fatídicos. Hemos causado daño, sí. Pero también hemos despertado.

Nos hemos contado historias inspiradoras y, también nos hemos distraído con la corriente de pensamiento fatalista de que no podemos hacer nada y que sanar el planeta será imposible.

Incluso algunos acusan al destino y justifican las perdidas como parte del ciclo de la Tierra. Al final, para convencernos de no actuar popularizan la idea de que para 'salvarnos' hay que retroceder al pasado. Pero, la realidad está lejos de ser así. Sanar es avanzar con conciencia, se trate de ti, de mi o del planeta.

Sanar es caminar distinto para estar sano, no volver atrás, volver atrás nos pondría en desventaja ante la opción de recorrer el camino con las mismas perspectivas. Hay que hacerlo distinto, reparar para sanar.

¿Cómo se repara algo tan vasto como un ecosistema?

No con una fórmula mágica, sino con una práctica constante.

Una práctica que tú puedes comenzar hoy mismo.

Aquí te comparto cinco formas reales, amorosas y posibles de empezar:

1. Regenera, no solo conserves

Conservar es importante. Pero regenerar es aún más poderoso. Es llevar vida donde parecía no haber futuro. Es volver al punto de partida con la convicción de que el camino es sostener la naturaleza de las cosas con el propósito de coexistir y, por supuesto, para sobrevivir.

Acciones prácticas para ti:

  • Participa en la reforestación de un área local o planta una especie nativa en tu entorno.
  • Dedica un espacio en tu hogar para recuperar suelo vivo (composta, huerto, jardín).
  • Recolecta agua de lluvia para riego o limpieza.

Recuerda: “Donde pongo cuidado, puede volver a florecer.”

2. Reduce la presión con intención

Cada vez que eliges qué consumir, cómo moverte o qué apoyar, estás decidiendo qué tipo de planeta estás alimentando.

Acciones prácticas para ti:

  • Cambia un hábito: lleva siempre tu propia botella o bolsa reutilizable.
  • Haz una pausa antes de comprar algo nuevo. ¿Es necesario?
  • Apoya mercados locales y productos sostenibles.

Repite contigo misma/o: “Consumo con propósito. Vivo con intención.”

3. Reconecta con la naturaleza (y contigo)

Volver a la Tierra también es volver a ti. Escucharla, sentirla, recordarla, agradecerle.

Acciones prácticas para ti:

  • Camina sin prisa por un espacio natural cercano, sin audífonos, sin pantallas.
  • Haz un altar pequeño con elementos naturales que te conecten con tu propósito.
  • Observa una planta cada día durante una semana. Aprende de su ritmo.

Mantra diario: “Soy parte de la Tierra. No estoy separado de ella.”

4. Restaura relaciones, no solo paisajes

Sanar el planeta también es sanar cómo nos tratamos. Una cosa no puede divorciarse de la otra, cuidar del planeta es cuidar de nosotros mismos porque somos uno. Ten en cuenta que una cultura regenerativa, una cultura que restaure los ecosistemas, se construye desde la empatía.

Acciones prácticas para ti:

  • Habla con alguien sobre un cambio que hiciste por el planeta. Cuéntalo como historia, no como lección. Cada vez que cuentas una historia, motivas. Pon mucha atención a lo que cuentas.
  • Escucha con atención las preocupaciones ecológicas de alguien más, sin corregir ni minimizar porque cada uno tiene su propia inspiración y su propio ritmo y todos necesitamos ser escuchados.
  • Inspira desde la acción, no desde la culpa. Porque nadie quiere sentirse culpable de lo que no ha sido consciente, todos queremos ser parte de la solución.

Intención compartida: “La esperanza es contagiosa. Yo elijo compartirla.”

5. Hazlo en comunidad

Tú puedes ser la chispa que enciende una red de cambio.
Nadie sana el planeta en soledad por dos razones, no estamos solos y cada acción motiva una reacción en cadena, actúa y disfruta de esa reacción.

Acciones prácticas para ti:

  • Organiza una caminata ecológica, una limpieza de entorno o una siembra colectiva.
  • Comparte esta reflexión con un grupo y propongan una acción conjunta.
  • Invita a alguien a vivir este mes con una práctica regenerativa compartida.

Afirma con convicción: “Juntas las manos, se multiplica el impacto.”

Para cerrar…

No tienes que saberlo todo. No tienes que hacerlo perfecto. Solo tienes que empezar.

Haciendo una elección consciente, teniendo una conversación que invite a reflexionar, con tan solo un acto diario de cuidado, cambias tu mundo, el mundo. La naturaleza está esperando. Y tú tienes un papel que nadie más puede ocupar.



¿Y ahora qué? — Toma una captura de pantalla aquí a manera de recordatorio.

Haz una pausa y responde:

¿Cuáles son tres cosas que puedes hacer esta semana para reconectar con la Tierra o regenerar tu entorno?

  1. ___________
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  3. ___________

Comparte al menos una con alguien cercano. Invítale a sumarse.

Que tus acciones inspiren a otras personas.

Porque sí: Sí se puede reparar. Y ya empezaste.